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La cervicalgia

La cervicalgia es aquel dolor que se produce en la región cervical de la columna vertebral de causa variable. Engloba un amplio abanico de alteraciones que, como causa o consecuencia, tienen su localización en el cuello.

El dolor cervical es un problema frecuente en las sociedades industrializadas, y afecta a adultos de todas las edades y de ambos sexos, aunque hay una mayor prevalencia a partir de los 40 años y en las mujeres. Son especialmente vulnerables aquellas personas que realizan trabajos repetitivos, trabajos sedentarios, trabajos de alta carga física, trabajos con P.V.D (pantallas de visualización de datos)

Incluso trabajos en los que se dan factores psicosociales «de riesgo» tales como una baja satisfacción con el trabajo, poco control sobre el mismo, o poco apoyo por parte de los compañeros, entre otros.

La columna cervical es sin duda el sistema articular más complejo del cuerpo humano. Posee 37 articulaciones distintas cuya función es el sostenimiento de la cabeza, así como garantizar una gran cantidad de movimientos respecto al tronco y destinados a controlar todos los órganos de los sentidos: la vista, el oído, el olfato y el gusto, así como el tacto y la propiocepción.

Se calcula que movemos la cabeza unas 600 veces a la hora, lo que unido a la larga expectativa de vida, el trabajo, la vida sedentaria y la pérdida de masa muscular que la acompaña, son causas implicadas en el origen de problemas degenerativos y de su sintomatología dolorosa.
Según un estudio epidemiológico más del 10% de la población refiere 3 episodios de cervicalgia durante los últimos 3 años.

CAUSAS

No existe una sola causa que explique el dolor cervical o cervicalgia. Normalmente el dolor cervical es de origen mecánico, dentro de este tipo se incluyen las restricciones de movimiento articular, los trastornos musculares, la disfunción neural, la disfunción fascial, los trastornos discales, problemas de ATM y las alteraciones posturales. Otras posibles causas son de origen inflamatorio, de origen visceral, degenerativo o, incluso de origen psicosomático.

El dolor de origen mecánico se engloba genéricamente bajo el concepto de «dolor cervical no-específico», que será al que hagamos referencia en este texto.

Este tipo de dolor se caracteriza fundamentalmente porque raramente es constante. Este tipo de dolor cambia dependiendo de lo que hacemos, puede aumentar o disminuir cuando adoptamos una/s determinada/s postura/s, o realizamos un/os determinado/s movimiento/s.

Excluimos de las indicaciones aquel dolor cervical de origen infeccioso, neoplásico, debido a artritis reumática o por otras enfermedades sistémicas.

SÍNTOMAS

El dolor cervical o cervicalgia puede ser aislado (dolor cervical local) o puede presentarse asociado a otros síntomas y signos como:

  • dolor de escápula, hombro y brazo asociados,
  • alteraciones en el movimiento en la región cervical y torácica (rigidez o inestabilidad),
  • dolor irradiado hacia la región del miembro superior (el dolor irradiado hacia miembro superior por irritación de una raíz nerviosa cervical se conoce como cervicobraquialgia),
  • dolor de cabeza (cefalea),
  • tensión/distensión en diferentes músculos,
  • hormigueos,
  • mareo,
  • Bruxismo

TRATAMIENTO DE LA CERVICALGIA

Fase Analgésica

Aquí prevalecen todas las técnicas destinadas a disminuir el dolor y la inflamación de los tejidos. A continuación las explico detalladamente:

  • Termoterapia: se distinguen dos modalidades dependiendo de factores como la sensibilidad del paciente al calor, si es portador de objetos metálicos en forma de osteosíntesis o de marcapasos, si tiene alteraciones de la presión arterial o mujeres embarazadas.
  • En todos los casos anteriores se utiliza la modalidad superficial consistente en lámparas de infrarrojos o envolturas de parafango cuyo efecto es aumentar el umbral de la sensibilidad dolorosa y la vascularización de la zona para intentar disminuir la contractura muscular.
  • En los demás casos se utiliza la modalidad profunda en forma de Microondas y de Onda Corta que con la combinación de sus efectos magnético y eléctrico introducimos corriente en el interior del tejido muscular y hueso y apenas hay componente térmico sobre los tejidos superficiales que son piel y grasa.
  • Ultrasonidos: el efecto mecánico que producen estas ondas se utiliza con el objetivo de un calentamiento tisular y un efecto trófico regenerador de la zona lesionada.
  • Electroterapia: como los Tens o las interferenciales.
  • Masoterapia: con esta técnica se pretende además de la aproximación al paciente la evaluación de la lesión mediante la palpación.
    • Los efectos de esta técnica son:
    • Aumento del umbral de la sensibilidad dolorosa.
    • Relajación muscular por estiramiento lento, progresivo y repetido de los husos neuromusculares mediante técnicas de amasamiento y tensión de las fibras musculares.
    • Movilización de los distintos planos tisulares para favorecer los deslizamientos entre ellos mediante maniobras de palpar-deslizar los pliegues cutáneos.
    • Relajación muscular y analgesia en los puntos dolorosos con maniobras como el masaje transverso profundo.

FASE DE RECUPERACIÓN DE LA MOVILIDAD EN CASOS DE CERVICALGIA

Aquí en esta fase hemos de ser capaces de lograr el mayor movimiento posible de la zona cervical provocando el menor dolor para el paciente. Son las siguientes:

  • Movilizaciones pasivas manuales: se realizan de forma muy suave intentando crear confianza en el paciente y su objetivo es aumentar el rango de movilidad articular, mediante el estiramiento de la musculatura y estructuras periarticulares, contracturadas o retraídas, acompañado de una ligera tracción simultánea de manera manual
  • Estos ejercicios deben realizarse evitando compensaciones y falsos movimientos que provoquen compresiones dolorosas.
  • Movilizaciones activo-asistidas manuales: igual que en el apartado anterior pero aquí se le indica al paciente que nos ayude en el sentido del movimiento que vamos a realizar, es decir, que realice pequeñas contracciones y siempre intentando provocar la mínima sensación de dolor.
  • Técnicas de estiramiento: son movilizaciones o ejercicios físicos que propician la elongación del complejo miofascial. Los objetivos consisten en alargar los músculos y fascias y de esta forma permitir un mayor rango de movimientos de la zona cervical. Aquí debemos insistir sobre todo en el estiramiento del músculo trapecio causante de la mayoría de restricciones de la movilidad cervical. Se realizan en decúbito supino para evitar compensaciones con las zonas de alrededor. En la ilustración expongo los más importantes.
  • Técnicas de fortalecimiento: el tipo de técnicas de trabajo muscular que se utilizan son ejercicios isométricos en los cuales no se produce ninguna modificación del ángulo de movimiento empleando resistencia manual o theraband. También existe la variedad con una pelota como se puede ver en las siguientes fotografías. Se realizan tanto en la posición supina como en sedestación y la intensidad, la frecuencia y la resistencia respetarán siempre el umbral del dolor.

PROPIOCEPCIÓN Y CERVICALGIA

En esta fase el fisioterapeuta hace un ejercicio con el paciente de forma que la atención de éste y por tanto su control voluntario sea fijado en una dificultad que no es el verdadero objetivo de la maniobra. De esta forma con el mismo ejercicio el paciente va a hacer en modo casi inconsciente un movimiento que constituye el objetivo que realmente se quiere reprogramar.

Hay dos técnicas indicadas:

  • Contracciones evocadas a distancia: le provocamos al paciente reacciones de equilibrio estandarizadas. Conociendo la reacción previsible de los segmentos, elegimos la dirección de desequilibrio que corresponde a lo que nos interesa
  • El enfoque preventivo activo debe incluir asimismo (1) la reeducación de aquellos hábitos posturales que favorecen o provocan el dolor cervical, (2) mejoras ergonómicas del puesto de trabajo, (3) y el control, en la medida de lo posible, de aquellos factores psicosociales que puedan interferir en la aparición o mantenimiento del dolor.

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